Quisiera que todos pudieran vivir las luces que explotan pequeñitas y titilantes y multiplicadas en las pupilas para hacer perceptible el infinito. Pero sé que eso no puede ser; porque sólo es posible para privilegiados. Y yo, en este momento, acá arriba de las luces, soy un privilegiado y soy feliz y me doy asco.
Saber
-
Nunca pensé
que pudiera ser yo
la que quisiera irse.
La sabana tirante,
la pared azul,
seis escalones
ridículos
hasta el baño.
Hace 3 años
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