sábado, 30 de agosto de 2008

Preguntas

Alejandra se pregunta qué cambió: –¿Cómo es posible que ahora parezca que primero hay que ser autor; pero sin obra? No es inocente la pregunta. Lo que sí, siempre que la hace; y no es la única vez que la he oído lanzar, hay algo de ambiguo en el gesto y en la entonación con que la hace. No sé si eso que ella percibe como un nuevo fenómeno (“por el cual la literatura ya no es totalmente autónoma, sino que el mercado –con su marca de autor–, o los medios –con sus estrellatos fugaces–, o los dos juntos, han intervenido en ella y la rozan, se deslizan a través, la cruzan”), no sé si eso le provoca repugnancia o no, o le gusta. Creo que intenta comprenderlo y que, como todo cambio, la sacude, porque algo que era ya no es. Y dice una y otra vez que primero hay que ser autor, después publicar y, por último, escribir. Como si la cosa se hubiera invertido. Por eso tanto blog e intimidad o autofiction. Pienso que la cuestión no es complicada de resolver; pero que de ella depende la posibilidad de supervivencia de la literatura; es decir, la continuidad de su democratización (o que quienes la escriban no sean sólo millonarios en condición de ociosos) y la de seguir en un mundo en el cual la lógica económica y del espectáculo lo permean todo. Ya lo dijo Adorno: lo nuevo es lo históricamente necesario. Ergo, para que la literatura sea posible, ¿hay que ser autor, después editar y, por último, escribir? O en todo caso, ¿esto es necesario para que la literatura sobreviva?

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