viernes, 24 de octubre de 2008

SOZINHO

No he podido escribir más. Como si la escritura, de golpe, se hubiera cortado, hubiera dejado de ser necesaria. Rio se la comió. Después del robo, no pude decir nada más, a lo sumo palabras desencajadas en un tartamudeo. Creo que es el portugués que, a esta altura, comienza a invadirlo y a ocuparlo todo. Incluso el vacío de este departamento. Resaltan las palavras y falas por tudos lados. Na tv, nas marcas chi refriyeranchi, em todo. Fueron muchas cosas y, ahora, siento que la experiencia se hunde en el vacío, está llegando casi a su fin.
Días enteros de lectura y escritura, apurada y desordenada. Trabajos de 30 páginas que nunca pensé llenar. Y Ludmer con Laddaga en el Hotel que se toman un café y no paran tres segundos de hablar de literatura y de criticar, mordazmente, el trabajo de sus colegas. No quiero eso para mí. Me produce tristeza la gente que no puede hablar más que de literatura; de un reality, por ejemplo, o de una noche de alcohol o de putas. No, no pueden. Se niegan a proferir palavra sobre o mundo. Y le sacan mano a sus colegas para posicionar y convencer de que lo único válido es su visión. Risa. No digo nada. Los observo. Comer la tostada con el mar de fondo. La boca que se abre y se cierra, grotesca. Y la duquesa que se levanta y sostiene con la puntita de los dedos una taza de café y se va a servir, mientras nos pregunta si estamos de vacaciones. Ironía aparte. Obvio que le quiero arrancar la yugular a mordiscones. Pero no. Por la gauchesca, por el bien de la gauchesca. Me río. El Niño Campeche se ríe y le responde que no, que estamos trabajando, haciendo seminarios de doctorado. Y no le acepto el café que nos ofrece. Vieja de mierda, piensa el Niño.
Ahora, el morro oscurece. Por primera vez, el sol llega cuando el reloj se clava en las siete de la tarde. Adelantaron la hora acá también. Y el día se extiende un poco más. Fabián está contento con eso. Me muestra una tostadora y un juego de utensillos de sushi que compró en el Carrefour. A 139 pesos. Y me dice que el pan está a 7 pesos. Asocio la pantalla de TN que está abierta al costado. La bolsa que se cae, a pique, y el dolar que se dispara y sé que la bonanza económica se termina. Por suerte, el Estado está en reconstrucción y no en venta como otras veces. Acá en Brasil, están desespearados con la devaluación. Los precios se dispararon también. Y el problema pasa a ser cómo mantener los programas sociales compatibles con un neoliberalismo de reajustes ante las crisis y la falta de crédito. Y este es el modelo que nos venden en TN, los dirirgentes del campo y los medios. Uno sostenido en base a créditos que siguen incrementando la deuda pública. Claro, los créditos son muchos para el área social. Pero ni con que USA les regale su Tesoro completo arreglan la cuestión social acá y menos si continúan incrementando la deuda. Es de noche. El silencio del departamento y la pantalla de TN y Fabián del otro lado. Se hace pesado seguir acá. Y más en plena crisis. Y más con el caño y la campaña boicot con que llegan las imágenes de la estatización de las AFJP. Ya necesito volver. Sentir la realidad argentina, para saber si corroboro o no, mis hipótesis: el campo consiguió que a la plata se la saquen a la gente que menos tiene. Y eso inconscientemente, pidieron o eligieron los argentinos. Que se hagan cargo ahora y no le echen la culpa, paranoicamente, al Gobierno. Bienvenidos a la democracia. Que la voluntad del pueblo conservador y liberal, se haga.

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