Fue un segundo. Ahí, entre los morros y las callecitas. Los morros de Rio que, ahora, allá afuera, y arriba y en los costados, están verdes, muy verdes, con más plantas y flores de todos los colores, por todos lados. Es casi la primavera camino al verano. Y paso, con el colectivo. Y las piedritas rectangulares blancas y negras extendidas en la visión. Bajo los zapatos de una multitud. Y el colectivo en marcha bajo las nubes que se atragantan en las florestas de las montañas. Es la primera vez que extraño un lugar, antes de irme y a pesar de todo. Sí. Raro.
Saber
-
Nunca pensé
que pudiera ser yo
la que quisiera irse.
La sabana tirante,
la pared azul,
seis escalones
ridículos
hasta el baño.
Hace 3 años
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