no busco con esto un estilo ni una obra de arte. sólo necesité decirlo....

A Guille,
In memoriam

Atiendo el teléfono, niego niego niego niego niego; otra vez vuelvo a negar. Le digo a mi mamá que hay una confusión, que entendieron mal, que me voy al sanatorio para ver de qué se trata porque no es cierto. Ella me sonríe apenada, casi me ofendo pero le doy un beso y camino sola una cuadra, quizás tres o cuatro o cinco y tomo un taxi y no quiero llegar pero estoy ahí y muchas caras conocidas con la misma expresión de sorpresa y también de dolor. El arcángel Gabriel saluda entre mares, camina despacio y se pierde entre el vapor. Una máscara, ¿qué máscara? Se la saca todo el tiempo, no tiene oxígeno, se desespera. Tiemblo, está él tomando un vino conmigo riéndonos de su cuerpo afrankensteinado, me cuenta de orgías en París y de su mujer que es June y yo los admiro y les pregunto ¿cómo? Y él me acaricia mientras sonríe con una boca de dientes podridos. Suena ella tocando el piano mientras él escribe y yo le pido más cuentos, más poesías o algún relato que lo tengan como poeta protagonista. Me duele el cuerpo, la miro, ella no habla sino en frases hechas, parece un personaje de telenovela de la tarde repitiendo todas las palabras compuestas en el mismo orden y con el mismo tono, siempre de manera cíclica; se toca el pelo de la misma forma, se para y se sienta en el mismo lugar, cada persona que llega es la misma imagen; repitiendo el tiempo quizás crea que lo va a traer. Pero él no llega, se vuelve Godot. Hay un árbol. Nadie habla con nadie. Se expresan, sí es cierto, pero nadie se comunica. Cada quien tiene su relato, su anécdota, su fetiche y se aferra a él para seguir parado en ese mismo no-lugar. No lloro, no puedo, no le creo, no les creo; quiero estar sola pero no me animo, espero que salga, quiero mirarlo. Nos buscó uno por uno y nadie lo supo. Me dijo “No me puedo morir, no ahora” y yo le respondí, “por supuesto que no”
Ilusos…

Caro Rolle