miércoles, 1 de octubre de 2008

TRISTE NOTICIA

Se fue. Nunca me explico adónde; pero no está más. O está de otro modo. Ésa es la noticia de esta mañana:

Marcar este mensaje: Triste noticia miércoles, 1 de octubre de 2008, 09:59 pm

De: "Secretaría Escuela de Letras" Ver detalles del contacto
Para: Undisclosed-Recipient@yahoo.com

Verónica, por favor, difundí entre docentes y estudiantes la triste noticia del fallecimiento del profesor Guillermo Blanda, Adscripto de Literatura Contemporánea. Gracias, Sonia.
Y el mail me llega como un no te lo puedo creer de Mariana, desde la pieza, mientras Nidia limpia la habitación de Silvia y yo termino de leer Respiración artificial de Piglia. Reproduzco las últimas palabras del texto, lo último que leo y que se efectúa en simultáneo con esta noticia: "El sabrá ocuparse de lo que quede de mí, pues soy como si fuera su hermano". La ficción y la realidad coinciden, macabramente. Dos muertes en paralelo me asaltan en la mañana. O tres, porque antes, el texto reconstruye la muerte de Kafka. Me niego a reconstruir la de Guillermo. Sólo me limito a que las córneas se mojen y a un silencio impotente. Pienso en Caro: dos muertes este año en menos de cuatro meses; en la otra estuvimos juntos, nos la bancamos; en ésta, no; no sé qué hacer. Le mando un msn. La desesperación me sacude la punta de los dedos. Pienso en Estefy: su diálogo de anoche, extraño contacto por chat que nunca realizamos, habrá ocultado el silencio de la necesidad de hablar con alguien. Creo que la rubia estaba mal o presentía algo o sabía lo inevitable y necesitaba descargar o evadirse y hablamos, como si nada, sin ninguna mención sobre Guille. Guille Blanda. Para nada blando, al final de todo. Peleó y se arriesgó para estar bien y volver a su vida, devolverse su vida. La leucemia de mierda no lo dejó, sin embargo. Como tampoco me dejaron donarle sangre porque soy grupo de riesgo. En realidad, me dejaron; pero me dijeron que después la iban a tirar y para qué carajo voy a donar, entonces. Y no fui. Y Guille se fue. Porque tomó el riesgo, porque escribió el último poema en su cuerpo, hizo el arte más desesperado de supervivencia: lavarse la sangre y darle ritmo, nuevamente, a la máquina. Pero la máquina no soportaba tanta poesía, tanto cráneo, tantas ganas, tanto lenguaje y se rompió. Y hoy me llega esta triste noticia, mentras termino de leer un cadáver en Respiración Artificial, mientras Ossorio pide, proféticamente, que entreguen a Alberdi un secreto, el secreto de sus escritos en un cajón de la cómoda, porque él va a saber qué hacer con ellos. Mensaje cifrado. Voz de un fantasma. Tal vez Piglia o Guille, quién sabe, nos haya querido decir algo y yo sea el coleccionador de voces -Renzi- que transmita el mensaje para que otros o todos juntos cumplamos la consigna, seamos Alberdi.

1 comentario:

Carroll's dijo...

solo puedo escribir que duele y que estuviste acá con todos nosotros... y con él que quedó solo...