jueves, 13 de noviembre de 2008

CAMINO AL AEROPUERTO

Soy un ente. Miro el mar y no puedo ser más maricón de la que ya soy. Sentadito atrás, me limpio las lágrimas en el espejo retrovisor; mientras me meto Na morada do sol, para dejar las llaves del departamento y la mensualidad a la mae da Silvia. El lugar es incredible. Un edificio multiplicado en vueltas y enroscado sobre el morro, con balcones y plantas, babélicos. Dejo las llaves y el dinero y subo al taxi otra vez. El embotellamiento nos traba, nos hace lenta la despedida y una angustia se abre adentro como un pulpo de tentáculos con vidrios cortantes. Miro los alrededores. Las últimas imágenes de URCA. La prefeitura, el paredón que cerca la calle al Pan de azúcar y la bahía innmensa y derramada entre montañas, mientras el bondinho del Pan de azúcar asciende, allá, lejos. La visión se vuelve nublosa y mientras muero, como muere este viaje, me dejo arrastrar sobre un asiento a la partida.

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