viernes, 7 de noviembre de 2008

MIERCOLES A LO ASTUTTI

Así es. Me la paso comiendo. Rio me destruyó la dieta. Pero por suerte no engordo. Y ahora, acá, pedimos una pizza. Estamos con la Niña Viterbo que habla sin parar de las cosas más inconexas y más raras del ser humano. Me entero que vivió en Cañada de Gomez. Y que también lidió con Los mirá si se enteran y Me vas a dejar mal. Me dice que soy un rencoroso con eso, porque le cuento el proyecto malicioso de festejar mi unión civil en Leones, en una Fiesta enorme, en medio de la calle. Me divierte. No lo entiende. Me divertiría y me daría mucha risa verlos destruirme y darles un chisme del cual hablar, alimentarles la cabeza, meterme en ellas y ser, como dice Maradona, importante por un rato. Un antes y un después. Molina es puto, ¿viste? Y entonces, sería el Puto Molina, para la historia. La pizza es rica. Pero ahora ya no como eso, sino que me tomo un helado. Delicioso. Profundo. Así es. Y ella no para un segundo de hablar. Ahí, en ese momento, me pregunta qué hago en un proyecto de literatura y mercado en en latinoamérica, si estoy en Literatura francesa. Comprendo todos los matices de la pregunta y sólo me hago el desentendido y respondo con la verdad: me gusta la literatura y no una Nación. Adriana es la que pincha y dice lo que el grupo no pregunta ni me dice. Pero respondo, sonrío y, como dice Caro, muestro todos los dientes.

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