Me ataca un impulso fotográfico. Llevarme URCA, el Pan de azúcar, Rio en imágenes. El poder de la imagen. Como si me fijara un recuerdo en un sentido básico. La vista. Pero no el gusto, de esta minitorta, por ejemplo, acá. Ni los ruidos de los idiomas mezclados o el viento que sacude el bondinho o me envuelve en esta mesa. Acá. Arriba. No importa. Algún día se va a inventar una máquina de los revivir recuerdos, una del tiempo, y volveré y borraré cada palabra para volver a escribirla.
Saber
-
Nunca pensé
que pudiera ser yo
la que quisiera irse.
La sabana tirante,
la pared azul,
seis escalones
ridículos
hasta el baño.
Hace 3 años
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