domingo, 16 de noviembre de 2008

Mañana de domingo

Leones me agotó. Agarro mi bicicletita, después de la borrachera de anoche, y salgo para la casa de mi hermana. Quisiera volver anoche; a la goma que se pincha en la ruta y por la cual no pudimos llegara a Noetinger y tuvimos que volver, con los chicos, a Leones y nos quedamos, a bailar en una disco en la que estábamos nosotros y nadie más. Por herejía: los leoneneses no nos quedamos ni locos un fin de semana en nuestra ciudad. Pero no esta vez. Y menos ahora; estoy acá, yendo a lo de mi hermana, a ver si me da ropa para el Nahuel, que está de mi abuela, porque, parece, le dieron la tenencia. Y me entero que mi hermana está embrarazada de nuevo y que están intentando sacarle la tenencia del otro nene y que lo quieren llevar a mi casa, para que lo críe mi mamá y mi papá. Voy. Le llevo en el bolsillo un recuerdo de Buzios. Frívolo, en medio de este desastre. Pero la frivolidad es necesaria, si no, lo único que queda en medio de esta impotencia, es el suicidio o la depresión. Y soy frívolo y bailo, borracho, con Fabián y Mariana y el Bepa y el Favio y la Edith, en plena disco, borrachos y solos, los cinco, mientras los policías se nos cagan de risa de las pelotudeces que hacemos. Sin nadie más en la pista. Pero abro los ojos y no, estoy en la calle de mi hermana, en pleno pedaleo. Y ahora, le toco la puerta y sale y le pido lo que le tengo que pedir. Y me hace señas para que me calle, porque Torofo duerme y que no nos escuche, porque no quiere que nos dé nada por hacer quilombos, que si lo quieren al chico, que lo críen ellos y le compren ropa. No digo nada, para evitar el Apocalipsis. Saca unos trapitos y unas zapatillas rotas de la pieza y me las da hechas un boyo. Mi otro sobrino juega a la pelota en la calle, embarrado y mugriento, con los mocos que le caen por el cuello. Salgo, después de darle la tortuguita que dice Buzios. Y llego de la nona y le dejo la ropa del nene, que juega y juega y no para. Se ríe. Le doy un beso y me voy. Esta parte de Rio, nunca me gustó.

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