sábado, 15 de noviembre de 2008

QUILOMBO

Después, viene la otra noticia, mientras mira el asado que el Padre Campeche del Niño campeche cocina en el patio. Su hermana -la que dice que cuando era chica su papá la violó-, desfiguró a golpes a uno de sus sobrinos y se desató el conventillo y el quilombo. Por puta, por trabajar en el bulín de Gral. Roca y andar con ese drogado-villero de Villa María, dicen, le destruye la vida a sus hijos. Yo sé que, si mi papá la violó como dice, no hace más que reproducir la forma de amor que le enseñaron: destruir la vida de sus hijos. Por suerte, piensa, no va a tener los suyos; pero sus sobrinos ya existen y eso le rompe la cabeza con la impotencia de las circunstancias y todos los sufrimientos que él conoce y sabe que están pasando. La cuestión es que una maestra de primario, le encontró una marca en el cuello a su sobrino y le dijo a su abuela que mirase lo que tenía. Nahuel, apenas la Nona María le miró la marca -de un cinto o una soga- alrededor del "cogote", empezó a interrogarlo y a aguijonearlo para que le contase qué había pasado. "Torofo", el "villero drogado", "me pegó". Y eso desató el quilombo, sobre todo, cuando le sacaron la remera y le bajaron el pantalón y le vieron todas las marcas que tenía. El Sodero, tío del Niño, salió con una escopeta y empezó a los tiros. Su otro tío, Café, fue a buscar al Torofo con su chata destartalada; pero el Torofo le cagó a ladrillazos la puerta y se la abolló hasta dejársela inservible. Como Café estaba tan borracho, no hizo más que volver a su casa como un perrito asustado. El papá del Niño, quizo salir con su escopeta y puñal, porque siempre se sintió Juan Moreira; pero su madre lo detuvo y lo desarmó. Así que, ahora, están todos asustados, porque lo denunciaron al Torofo -que tiene un hermoso y frondoso prontuario- y tienen miedo de que se cobre venganza con su abuela. Esta noche tendrán que ir a cuidarla.

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