sábado, 8 de noviembre de 2008

URUGUAIANA


Lo que sigue pone en evidencia mi descontrol con el débito; pero es inevitable. Había esquivado Uruguaiana desde que vino Fabián y después, cuando fue Mariana con el grupo de Las locas. No sé, ahora que lo pienso, si no lo hice a propósito. Para que nadie me pusiera límites a las posibilidades de compra. Esto es el universo. El capitalismo concentrado en un punto. Un Aleph del consumo. No paro. Empiezo a caminar a las 11:30 de la mañana. No se puede describir. Calles y calles y Tiendas amontonadas, techadas con lonas y chapas desplegando todos los colores y sonidos y músicas y micrófonos que anuncian descuentos y muchachas que quitan los micrófonos y se ponen a bailar. En las veredas o adentro de esa especie de terminal en pleno centro que se divide en lojas y más lojas adentro, por corredores finitos y apretados. Tengo miedo de que me roben. Pero no va a pasar nada y sigo, sobre todo, porque tengo el poder de la tarjeta en mis manos. Mi lucecita. La única esperanza de redención que me queda. Y camino. Sí, me gustan. Una para mí y otra para Fabián. A 30 reales las dos. Y tantas bermudas. Unas con los Simpson. Pero si me las pongo, si se las compra, se va a acentuar aún más su carácter de Niño y sería redundante. Sigue. Esa con los tréboles. Se la hace rebajar de 30 a 20 reales. Perfecto. Adentro. Ay, pero mirá qué lindos vestidos. La concha de la lora, si pudiera usarlos. Y aquéllos. No pueden ser tan baratos. 7,99 reales. Tres. Dos para sus hermanas y uno para Caro, que le cubrió todos los trabajos posibles. Y la gente ahora pasa por calles proyectadas al infinito, con color y toldos y micrófonos y mercadería desparramada y alfombrando el espacio hasta llenarlo, sin posibilidad de vacío. Mirá que lindo pareo. Para Sonia. Negro y morado como a ella le gusta. ¿Y ese capri allá enfrente? Es mío. 60 reales. Carito; pero es mío. Lo llevo. ¿Com débito pode ser, ? Pode. Y adentro. Las joyas tapizan las vitrinas. Entro a ver si hay algo interesante. Puras baratijas. Horrible. Más vestidos y una remera a 5 reales. Es mía. Adentro. Y los anteojos para Fabián. Todo, todo es mío. Lo quiero para mí y no puedo por el peso del avión, si no me quemo el sueldo en esta Tierra prometida que Gracias Dios nos diste con Obama al mando. Son las tres de la tarde. Cómo pasa el tiempo!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Perdoname que te moleste con esta pregunta, pero mi mujer esta dele que dele con uruguaiana para comprar no se que cosa. Para comprar cualquier cosa bah! Vale la pena ir? Es todo callejero o hay algo tipo shopping? Perdon por la molestia, gracias por la respuesta y feliz año. Francisco. imnotmandrake@hotmail.com
PD.: Lindo el texto.