BOTÁNICO, EL JARDÍN

14:00 HS.

El calor de Rio, hoy, es mío. Lo siento, transpirando en la ropa y me gusta. Este clima es mi clima: calor intenso de día, refrescante de noche. Es mío. Acabo de salir de una consulta, con la Señora del gusto y de la clase social. Sí, definitivamente, voy a trabajar La breve historia de la literatura argentina, de Martín Prieto. La mujer se maravilla, aya qui sao muitos interesanchis os proyetos, el mío y el de Mariana, quien, en este momento, está ahí enfrente y se come un pedazo de torta de chocolate. Yo también. Está rica; es un sabor extraño, un chocolate negro, blando, dulce, espumoso.

Nos metimos al Jardim Botánico. No se los voy a describir; para eso están las fotos; pasen y vean con un solo click. Lo que sí vuelve, circular, es el mismo pensamiento: Rio tiende a concentrar una parte suya -paisajística, comercial y segura- en un punto de sí mismo; a cada paso, en cada sitio, Rio la concentra colosalmente, para que se lo disfrute. Acá, su paisaje. Hace un domo de paisaje, una cápsula fuera de cualquier riesgo y peligro: ninguna favela, ningún criminau; sólo guardias de seguridachi y paisaje.

Es que Rio es eso, fronteras delimitadas por guardias de seguridad o militares que marcan y ponen barreras o escudos de contención para crear domos seguros, a fuerza de pistola. Por los serros, no hay ninguna favela aquí, porque es área de protección ecológica; pero sólo el tiempo hará que las casitas se acumulen sobre él y el domo se quiebre, a fuerza de hambre y de violencia.

Ahora, en el laguito del Jardim japonés, la veo. Es Carolina Dieckmann!!!!! La actriz de Lazos de familia. Lástima que no está Edú. No. No está. Es ella tirada en la pasarela, con los camalotes y los pececitos de colores que revolotean en sus alrededores. Ella, con el pelo amarillo y brillante, un producto florido que se vende ante la cámara para que los hombres deseen una noche de goce y para que las mujeres la envidien, o no, quieran parecerse. Los productores y fotógrafos la acomodan, le dicen más, menos sonrisa; más, menos plano izquierdo. Y le retocan el maquillaje. Ella se deja captar por la cámara, para que después nosotros la consumamos. Conmigo no va a tener suerte; ni siquiera Mariana me convence para sacarme una foto con ella. Si fuera Edú, me le tiro arriba y le grito "Minho Tony!".