jueves, 18 de septiembre de 2008

PAO DE ACUCAR I

Amanece con lluvia y, después, por suerte para. Así ha sido el clima en Río desde hace un mes. Así es hoy. El primer día de sol desde que está Fabián. Tenemos que aprovecharlo. Le digo que meto a Sarduy en la mochila y nos vamos a Ipanema, a las 13. Pero no, en el camino a URCA (para ver si por fin encuentro al chaveiro; desde hace dos días que cada vez que voy, me cierra en la cara su autito -conclusiones miserabilistas obvias; no voy a reiterarlas-), justo en ese momento, vemos el Pao de acucar y decidimos que va a ser lo mejor (el weather channel nos anticipa una semana entera de chuva, pero no santa, como en la canción de María Rita). Así que hago el juego de llaves (por fin) y, luego de la conclusión de que en esta ciudad hay una proliferación de chuveiros (a veces tres por cada cuadra) y de que, además, hacen un muy trabajo (no tuve problemas en abrir la puerta), luego de eso, nos vamos a la montaña. Ahí lo ven al Niño Campeche. Pregunta si eu sou estudante da PUC, tenhio alguma promocao por isso. Le responden que as promocoes sao so para residentes da cidade. Eu sou um residente temporario. Entao tem que passar por alá. El Niño va a la otra ventanilla, muestra la carteirinha da PUC y, sin nigún problema, lo aceptan como un carioca más. Le entregan un ticket de descuento y le ponen en la muñeca una cintita que dice CARIOCA MARAVILHOSO. Nao pode acreditar isso, mas é certo. Nao da certo. E certo. El Niño campeche se da cuenta de que con sólo esa carteirnha (la credencial de la PUC) es un carioca y no únicamente eso; también la carteirinha lo denomina Pesquisador sem vinculo. Es investigador. Ya no va a desyuyar más soja, no va a hacer alambrados, ni a construir casas, ni a darle de comer a los animales, ni para su padre ni para ningún patrón. Ahora es pesquisador y carioca y paga el 50 % menos para subir al telesférico del Pao de acucar. Increible. Y sólo por eso. Lástima que por ser habitante de una Villa en Argentina, sin posibilidad de estudio universitario, no les den la oportunidad a otro. Pero no importa eso, menos ahora. Hay que disfrutar, lo dicen en la tele, me dicen ustedes, que me leen, perdón, que lo leen; no hay que pensar, hay que dejarse de eso y disfrutar a Rio, eso es para otro. Fabián lo mira con odio, porque a él no le hacen ningún descuento. Y se ríen.

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