martes, 9 de septiembre de 2008

MARIANA ME ACUSA DE ROBARLE UNA BOMBACHA

Como si ya no fuera suficiente. No sé qué imagen tiene de mí. Que le robo una bombacha cuando ella no estaba. Para qué. Se imaginará que me la pongo y juego a ser María con un plumerito en la mano y que lustro los muebles, mientras ella camina pela Bahía. No me puedo hacer cargo de sus fantasías. O quizá crea que soy un perverso polimorfo que usa su bombacha para satisfacer su pulsión fetichista. Sería un milagro y es la hipótesis menos acertada. De todos modos, si llego a encontrar la bombacha por ahí, voy a hacerla desaparecer de verdad; para que el mito crezca y se convierta en real. Uno debe dejar que el otro lo construya y apoyar esa construcción o suministrarle alimento. Para que el Otro tenga un margen de libertad y una posibilidad de invención. Si aparece esa bombacha que, ella cree, yo le robé, la voy a tirar por el morro. Ustedes, blogolectores, serán los únicos que sabrán el destino final de la bombacha. No se lo digan. Que deje volar su invención y haga de mi imagen lo que le plazca.

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