Obvio que nosotros, no. Ni en pedo. Puedo llegar con un ataque de asma incontrolable, asfixiado o en un estado en el que mejor, no querrían dejarme. Por el mal humor. Así que esperamos el próximo. Sale éste, con a gente colgada como bolsitas en los costados y llega el otro. Nos sentamos. La gente emocionada. Los mininos y mininas como en un parque de diversiones. Se cuelgan menos a éste. Pero se cuelgan igual. Salimos. Comienza a subir la montaña. La ciudad de Rio se queda chiquita abajo. Se abren avenidas y los movimientos y velocidades del bomdinho nos alteran. La gente colgada, por precipicios de un puentecito. Están, totalmente, locos. Mariana agradece que la fr
enamos. Aunque imagino que de todos modos, le hubiera gustado. Quizá a mí también. Pero el asma. Ni en pedo. El horror. Y ahora, después del puentecito y de los precipicios, Santa Teresa. Casas y chalets coloniales y de la independencia del Brasil. Ferias y puestos y lojas de artesanos. Y verde y plantas enormes y musica. Todo es color. No hay peligro alguno en este nuevo domo, con aires de pueblo, que ya empiezo a adorar.
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Habíamos cogido toda la tarde.
Por eso hay una foto de la luna.
Por eso el pelo está demasiado para atrás,
casi sin forma.
Habíamos cogido toda la tarde...
Hace 5 semanas
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