sábado, 6 de septiembre de 2008

FERIA

No sé cómo decir hoy. Quizá por las cervezas o qué sé yo. Nada puede salir, aunque quiero contar que Denisse... y el sandwich, extraño, de queso y la carne gorda. La cerveza suave, sin amargo. Nos invitó a la Feria da rua... Ésa, en el Centro de la ciudad. Una vez por mes, se hace. El primer sábado de cada mes. Una borrachera que en la lengua no se puede contar. Es Río otra vez metiéndose hasta lo profundo y rellenando el vacío de... No, no es Rio porque ya me hubiera desintegrado. Fue la Feria da rua... El clisé, fue la primera vez que el clisé carioca-brasilero dejó el plano de la ficción y se hizo real. Y es él, el que rompe y corta la lengua y no me deja decir. Mariana dice que esto es bizarro. Yo digo que no, que es el clisé latinoamericano, más el carioca, más el brasilero, concentrado en un solo lugar. Una feria de antigüedades que le regala color y alegría a un centro aburrido, gris y descascarado. Camino, en un estado de éxtasis y de desconcierto. El idioma suena como tambores agitados en una danza de colores. Risas y mesas y puestitos y tienditas por todos lados. Baratijas y los restaurantes con comidas típicas. Camino y quiero decir y contar. Que Denisse. Hablamos guturalmente. Un Baile de Capoeira en una esquina. Sim sim. Nao nao. SIM SIM. El idioma y los cuerpos son los que me atraviesan y clavan la lengua. Mariana me señala el clisé darck ahí. Están todos los clisés circulando sobre la rua... Ya he contado miles y miles de clisés gays... Y yo, ¿no me habré transformado en uno? Miro mi pulserita en la muñeca. Antes no me hubiera atrevido a usarla. Ahora no me importa. Ni tampoco si soy o no un estereotipo. Y le señalo las joyas y las carteritas a Mariana que son lindas. Para ellas. Mi clisé llega hasta ahí, hasta el gusto. Pero no puedo contar que Denisse... Nos iba a encontrar ahí. la lengua hinchada por los ojos hinchados ante la Darck, con voladitos y polleritas y la cara con estrellitas y una bandera de Brasil. ¿Para qué semejante clisé? ¿Porque se le canta? ¿Simplemente? O algún precepto transgresor se lo dicta. Y la negras y los negros que mueven las caderas y bailan, en la rua con carioca. La música. Y unas banderitas y unos parlantes. Y ya me dieron como veinte panfletos para que vote a Claudia Le Cocq, Xica da Silva, Gabeira, Ingrid con sus manitos tatuadas y su sonrisa y Paulo Ramos. Paulo Ramos como prefeito, vótelo, aquí estamos con él para saudar a sua genchi; com tudos os archistas da rio chi Yaneiro, com eli, com voces, os archistas que podein cambiar o mundu, Paulo Ramos. Y Paulo Ramos que sonríe en los carteles y saluda y abraza a tuda a genchi. A los políticos argenchinos si montaran este espectáculo, los linchan, le comento a Mariana, mientras Paulo Ramos nos pasa por el lado y abrazo y besa sin parar. Y ella se ríe, asombrada. No lo podemos creer. Esto es demasiado. Y más adeanchi, Gabeira. Se le nota lo concheto en la ropa y en la genchi que o acompaña y lo saluda. Lo vamos a votar, le gritan las pitucas en los costados. La calle nos lleva no sé dónde en este delirio. Y nos damos cuenta de que estamos en el ombligo de Rio, de que por ahí pasa, mezclada, toda la vida de la ciudad y, por eso, el clisé se potencia. Y yo que no puedo contar que Denisse.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola la verdad que me quede asombrada de todo, nunca me imagine tanta belleza asi , es un paraiso real, y los escritos estan mortales,no tengo palabras fue como una cachetada inesperada , que quedas shoqueada, increible unico, segui asi te felicito.

Anónimo dijo...

Te admiro, realmente, y no puedo creer lo que escribis.
Ojo Mojado