lunes, 15 de septiembre de 2008

LLAVES

Sí, perdí las llaves del departamento de Silvia. Algo que se suma a mi lista de idioteces desde que llegué acá. Es que Río me pone así. No puedo entender, si yo le digo a alguien que Rio te estresa se me caga de risa en la cara. No, la verdad, no te puedo entender. Me dice Fabián. No entiende lo que me pasa. No. Hay algo que se despierta y está a punto de salir. Rio produce esta tensión permanente. Una angustia que crece, agigantada, adentro, y es que no puedo soportar estar adentro del morro lindo y que haya otros afuera, en el morro feo. No lo soporto. Siempre me creí más frívolo, un Nomeimportanada. Pero ahora, no lo tolero. No me tolero. Tener una beca del Estado Nacional, mientras la gente se muere de hambre y sentirme un completo inútil para hacer algo, para cambiarlo. Me taladra la cabeza, me la agrieta. No puedo salir de ese malestar y malhumor. Digo mil veces lo mismo. A Eulo, a Estefy, a Mariana. Y encima llueve y parece que los del pronóstico aseguran que no parará hasta el sábdo. La lluvia no ayuda para nada. Y no aguanto esto. Y ahora pierdo las llaves, para recordarme y hacer evidente lo inútil que soy y lo afuera que estoy del Domo URCA, de la seguridad militar y Súper Star de Rio. Para no estar ahí adentro. Pero lo estoy. Y la cabeza se me quiebra. Y más la rompe Fabián con su no puedo entender, con su tirarse en la cama porque estoy histérico, furioso, con un odio que no sabe por dónde salir, pero que sale. Algún día voy a romper el mundo, porque seré bomba, y el niño campeche habrá sembrado su semilla. Mientras tanto, el resentimiento crece, como el tic tac de una aguja del reloj. Voy por vos, rico.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

De las cosas que el viajero obnubilado suele perder, te tocó la más conveniente. Podría haber sido el pasaje de vuelta. Podría haber sido el pasaporte. Podría haber sido el cash o el plástico. Los calzoncillos limpios o el cepillo de dientes (en Brasil no se pueden comprar de nuevo, una extraña fuerza lo impide)
Algún garoto debe andar zambando con las llaves colgadas del bulto... ¿Era grande el manojo? (Sólo para imaginar el ruido)

Anónimo dijo...

Me sentí mal, angustiado, no tendría que haber venido...me acosté temprano. Llueve, mañana me voy solo a los museos y recorrer el centro.